La verdad embotellada

Durante todos estos años el viñedo siempre ha tenido un carácter experimental. No solo por su ubicación con sus altos índices de humedad y problemas fitosanitarios, sino aun mas por  mi inexperiencia para manejar un cultivo de tales características, donde el producto final es el fiel reflejo de 6 meses de trabajo y anhelos y cuya cualidad principal es el no saber mentir. Así es el vino, verdad embotellada.
Pero cuando se ama lo que se quiere y desea, nos levantamos muchas veces del piso y con paciencia y amor, mas una firme dosis de terquedad lo intentamos no una sino mil veces hasta comenzar a percibir pequeñas luces chispeantes, pequeñas sensaciones olfativas y explosiones de sabores que envuelven nuestros sentidos... finalmente una sonrisa se forma en nuestros labios y algo en nuestro interior nos dice que si es posible y que finalmente el fruto de años de trabajo y desvelos está listo para ser embotellado, vestido y lo más importante... disfrutado.

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